Última cena
Linda manera de saludar,
¡Tú Iscariote! estrechas mi mano,
me salvaste, lo dejo pasar.
Santiago, no hiciste nada,
Salvo caminar.
Juan, apocalíptico y leal,
¿Me quieres aún? ¿no como duda Tomás?
¡Ay Mateo! Ejemplar en las cuentas
¿a quién debemos hoy cobrar?
Y Felipe. ¡Ay Felipe! Anónimo entre anónimos,
Te hiciste señor.
¡Ludópata! ¡Mordiste mi mano!
¿Acaso mi prédica no fue bastante labor?
Ni recordar a Pedro,
Piedra a piedra
Esclavo a esclavo
Sus herederos se han llenado de sangre
Si no pregunten a los romanos.
Judas Tadeo ¿por qué te uniste?
Nunca te escuché palabra
y ahora eres el magno de los imposibles.
Andrés... ¿qué tenías de apóstol, muchacho?
Una buena apariencia, los brazos fuertes
Y una espalda tatuada con un búfalo a todo su ancho.
Bartolomé y Simón te siguieron en eso de los grabados
“marcas espirituales”, decían
Y yo, que crepitaba en las noches,
Ardiente junto a las piedras
Mientras ustedes y sus damas gemían.
Fui siempre ingenuo y milagroso
Hube de hacerles caso
Me contenía, me soportaba
Antes del pasado ignominioso.
Señores ¡siempre señores!
Admitamos ante el pan y el vino
Ante mi cuerpo y el vuestro
Cada uno de nuestros errores.
Errare humanum est
Amén...
Comentarios
Quién habrá escrito la historia?
Saludos
Giuseppe
Se olvidan de que existen seres individuales que se reconocen en el respeto de las diferencias y en la no posesión .
Se miran en sus ojos libres ante tanta mirada de ceniza.
Pepa Ortiz