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Mostrando entradas de febrero, 2007

El Jet, una burla

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te has ido, resoplando tu propia ceniza las hojas de tu trote asesino o ladrón impune navajero, lleno de pendencia de baile azulado y filoso. yo te bendigo entre los males de males entre los violentos de violentos corrida fina, patibularia ojo torvo sabio resquemor me encadilas en la esquina oscura o en la noche clara de tu ignoto fulgor. vas llanero alusivo y caprichoso, vuelas con mi billetera y te aplaudo te vitoreo. vuela, navega, cabalga, cósmico a años luz y te pierdes. ¡oh sabio de la maroma! ¡oh astro de la navaja! ¡oh monarca del regate! multitudes a tu paso lanzarán papel picado, gracias a tu jadeo. aire a tu fuego. bello escapista, dios del regodeo, dos cuadras más allá ¡ah, tres cancerberos! te vi tan compuesto y eras blanco, no un negro, asumo mis penas no asumas las tuyas delincuente, monrero, chorro, lanza, timador, persiste en tu arte. nada sería igual nada sería lo mismo sin tu espléndido albor

El aparecido

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Como un ángel de fieros ojos Me apareceré en tu alcoba Deslizándome en silencio Con las sombras de la noche. Y allí te daré, bruna mía, Besos fríos como la luna Y caricias de serpiente Que en una fosa se arrastra. Cuando llegue la lívida mañana, Mi hueco vacío encontrarás Y helado seguirá hasta la noche. Como otros por la ternura, Sobre tu juventud y tu vida, Yo quiero reinar por el miedo. (Charles Baudelaire / Fotografía: Jan Saudek)

Vacío

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Vacío, como la mitad del vaso. Como si se tratase de una costra sobre otra. Vacío, como ese nulo trazo entre dos puntos, un aparente velo o llama o gas o palabra al viento. Vacío, irremediablemente vacío, como la noche sin noche, como el vaho que se exhala en el frío. ¡Vacío, vacío, vacío! Revacío y ausente e ido y disparado a lo infinitamente vacío. Vacío, como el espacio entre el aleteo de una mariposa, Como antes de dar una pisada, Como el alzamiento de este lápiz entre las palabras, Como el vacío entre sus palabras. Vacío, sordo y vacío. Sórdidamente vacío Completamente vacío, Seco y vacío.

Último sol

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En sus campos en los faldeos yacen los muertos, respiran aún los heridos a sus pisadas a su embestida terca a su avance de caudal rabioso y sostenido como de fusileros. ¿Cuántas balas de plata, exorcismos, estacas o crucifijos necesitaría un hombre para acabar con su sanguinaria caminata? ¿Cuántas bestias habría que adiestrar para iniciar la cacería? Veo afilar espadas, dagas y oxidados cuchillos limpiar corceles, alistar armaduras para ir por aquellos bárbaros, y al final del día en la oscuridad de ciego, sordo y mudo, en la lejanía de cojo, muñón y lepra todos miran y nadie ve, todos murmuran, y se estrechan o se aferran a sus mantras mas la orden del coronel nunca es dada. Aguardaremos como siempre, por otros mil años, aguardaremos siempre listos, con nuestros dorsos lacerados, esperaremos la señal de los elegidos su arma hacia adelante indicando el fin, el último día de todos y de todo, el último sol o brillo de nuestras vidas.

Marcha

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Paso sobre paso, en ello hay abundancia no lo ha dicho Gurdjieff, ni el I Ching lo he dicho yo y pese a que las cosas se pisan, los pasos son dados y la altiva frente se mantiene en alto lo inevitable, esa triza o fractura persiste en el trazo, en la rutilante marcha de los días en el pulmón delirante de este camino azaroso, como todos los caminos, polvoriento, como todos los senderos, certero, como todas las tardes malevo, como todos los sueños.

Lejos en mi torpeza

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se anida en mí la violenta bofetada de su indiferencia acojo el sublime matiz de sus castigos abrazo las tiernas miradas de su ausencia o los indolentes trazos de su camino. ríe en mí su torpe táctica gozo la estupidez de su escabro el lento río de su destino miente en mí la sórdida ansiedad desatada el innumerable confín de mi arrojo los predecibles ritmos de mis palabras la pedregosa vía del estímulo suceden los hechos como versos pasan los días en bemoles cerraré la puerta de un seco golpe

La capital del Reich

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I En su devenir tricolor imperial las banderas flamean ingenuas, torpes y espantan con la pezuña el fétido mosquerío ciudadano. Inocuas, ventilan en su devaneo los aires del poder para que fluya entre las calles, para que la ley se presuma conocida por todos, para que no nos olvidemos de los vivos y a veces, sólo a veces, de los muertos que hizo subir al cadalso Habitar en este cemento agrio en este suelo sucio y mil veces pisoteado. Habitar, sobrevivir, jamás vivir aquí. Alentarse a cada paso en calles de construcciones neorientales, yanquimente arribistas, en cuyos ventanales de espejos no puedo ver mi reflejo de vampiro ni siquiera a plena luz del día. Los estandartes imperiales determinan el andar, la luz de uno y mil semáforos a la vez, el respiro en el calor seco y tozudo, en el frío de clavos que nos crucifican, la forma de atarse los zapatos, de usar un peine, de recibir los azotes de las banderas gobernantes del Reich, todo nace y muere en ellas, en su silente flameo ¿En nombr

Diálogos con Antonio Lubenzo

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Estimados amigos y amigas: Durante años he sostenido una estrecha relación de amistad y charlas con el profesor Antonio Lubenzo. En nuestros paseos y dedicación conjunta por la ciencia patafísica , el devenir de la vida, el flujo de la existencia y otras temáticas, junto al connotado doctor Federico Luzardi , han surgido innumerables diálogos, anécdotas, intercambios y reflexiones que me han sido traspasados verbalmente. El maestro, de un bajo perfil y asombrosas vivencias espirituales y de la vida diaria, me ha honrado en esta ocasión al declararme antologador de su obra. En este afán, transcribo una breve carta que ha dejado para ustedes a fin de dar a conocer su holística obra y hermenéutico conocimiento: Salinero: Disponga a su antojo. Que sea lo que sea, que lean lo que lean, que gocen lo que gocen, piensen lo que piensen y rediman lo que rediman. Parabienes infinitos a todos los lectores y lectoras A.L. Pues bien, como en estos días se encuentra en boga el asunto blogger , junto