ARQUETIPOS Y ESPLENDORES

¡satanás! ¡satanás! ¿conociste a barrabás? ¿me has conocido en circunstancia juicio olvido o penitencia? ¿me habrás escupido azufre me has vomitado bilis o arrumacos me has acogido acaudalado revisitado acunado lamido esbozado? ¡Satanás, Barrabás! no eres lo mismo humano o divino maldito o bendito rabioso o servil. a tu mano a tu hostia a tu daga a tu logia a tu tauromaquia Beban la miasma entera del paraíso y el tizón ardiente de los cielos. en mi caso, ni dulce ni hebreo ni polvo ni mármol soy el que vieron caminando por el centro entre huestes furiosas con el mundo en un dedo.

(...) Lo estoy, me reconozco lento como si de acelerar esta nave se tratase, torpe como si este mundo fuera de los hábiles y no de los imberbes. ¿Cuánto de arrojo hay en sus pasos ceñidos? ¿Cuánto de obvio hay en sus lugares comunes? ¿Cuánto de lealtad en sus juramentos? (...) ¡Vaya lo que me he encontrado! Cuatro felones en la tripulación, cuatro roedores que parecen tigres, cuatro rastreros que se creían generales bebiéndose las vidas ajenas. (...)" La tropa se hace insaciable, no hay fin en esta espera, no hay horizonte en esta marejada aventurera, ni siquiera el parto en sus cabezas, en este antro de almas ansiosas y somnolientas. Mañana, todo queda para mañana, como siempre, voy a determinar sobre sus vidas en la cubierta "(...) (Fragmentos de Conquistado(lo)res). Poema épico inédito

Música del Japón. Avaramente De la clepsidra se desprenden gotas De lenta miel o de invisible oro Que en el tiempo repiten una trama Eterna y frágil, misteriosa y clara. Temo que cada una sea la última. Son un ayer que vuelve. ¿De qué templo, De qué leve jardín en la montaña, De qué vigilias ante un mar que ignoro, De qué pudor de la melancolía, De qué perdida y rescatada tarde, Llegan a mí, su porvenir remoto? No lo sabré. No importa. En esa música Yo soy. Yo quiero ser. Yo me desangro. (J.L. Borges... Te la debo)