No duermo

Voy a dormir entre ausentes ronquidos,
y no se rían porque es parte del absurdo.
Cuesta escribir a estas alturas.
Pasan hojas y hojas,
blancas como de noche
oscuras en destellos
simples como un nombre.
Nadie sabe, ni yo, ni los otros, ni el Caronte ¿?

Y, sin embargo, me sostengo atado a una pila de libros
casi todos trasnochados, color vino tinto,
de otros tiempos, de tus tiempos.
Quisiera dejarme llevar por los vientos,
o dejarme llevar egocéntrico como siempre
(¿Si el mundo no gira en torno a uno, entonces en torno a quien?)
hacia las nalgas mismas del cielo,
donde el zumbido irrepetible de ese aire color misterio
me lleve a dormir a los brazos libres,
de una atadura de antebrazo y catalana,
que jamás ha padecido,
que nunca padecerá.

Me cuesta ser proclive a tu abrazo.
Hoy más que nunca me cuesta...
 
Dame al menos tu sonrisa mientras sueñas,
a ver si despierto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Negro aforismo

¡Esto me enseñaron!

abarcas & correas