Paranoia
Con seguridad habrán festejado
y proferido, a la vez, maldiciones en mi contra,
amenazas veladas, promesas de vendetta,
llamados al KGB, el Mossad y la CIA
para que me rastreen.
Pactado acuerdos con la mafia rusa,
napolitana, china, yakuza, africana.
Shiita, de la ONU o bosquimana.
Enviarán mujeres como a misiles,
mujeres que danzan,
de cadera floja y rítmica.
Enviarán miradas, roces,
cuerpos de todos los tipos.
Perfumes, saludos y voces,
andares, cantos, risas,
llantos y carne, mucha carne.
Buscarán, en su obsesiva cacería,
verdades en mis mentiras,
analizarán el contenido de mis palabras
y mis gestos.
Realizarán estudios grafológicos
con mi escritura,
husmearán la basura,
mis hábitos,
las rutas que tomo camino al trabajo,
intentarán romper el secreto bancario
y al fin de todo,
cuando me encuentre cercado,
van a cesar en su afán.
No llegará el asunto a la muerte,
son buenas personas al final,
vengativos y juguetones,
tiernos, pulcros y bebedores.
Con seguridad terminaremos
con un trago en un bar
como familia,
haciendo recuerdos,
brindando con mal whisky a discreción.
"¡Salud! Gracias a tí.
No, a tí...
No, no, no, por favor, a tí.
No, oye mi viejo, a tí".
Y haremos mil brindis como ese,
otorgándonos parabienes
hasta caer desplomados,
jurándonos mútua y eterna venganza.
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Chao pescao
Giuseppe