Conquistado(lo)res
Sin ábaco, ni cruces ni barbudos
así los paría esta tierra
en el sabio devenir de su cosmogonía
como a semidioses
Pero el oro,
siempre el oro
¿Qué hace ese bastardo metal si no
crear la avaricia incontrolable de mil hidalgos?
¿Si no aventurar el enfermizo porvenir
de cabalgatas, muerte,
sable, armadura y látigo?
¿Qué dejasteis centauros si no una cruz
o un libro irrelevante
que en su desnudez se tambalea?
Sanguinarios castizos peninsulares
amantes del oscuro menester
de ungirse en gloria y riqueza
o del salvaje carisma que no les fue dado
¡Ay de los vencidos!
¡Ay de los vencedores!
A azote y filo se batieron
con el rostro adusto e infiel
que habitaba en estos lares
más allá de las columnas de Hércules
¿No eran moros rezagados
los que habitaban más allá de los mares,
la desgracia de esa carne,
la olvidada quietud de la lejanía?
Como a presas los tratasteis
como el sebo atroz que apilaba metales
para la avara corona
¿Y qué queda?
El rastrojo vil de la esclavitud
la devastación de la hechicería solar,
uno y mil templos dando campanadas
como llantos,
lanzando oraciones como lágrimas
siglos que aguardan por un gentil ademán
¿Y que quedó?
La peste, el escorbuto,
un grupo de mestizos que escribe para otros mestizos
y, al final de todo,
la palabra,
el mismo sol bajo el mismo cielo
el más triste alarido de la tierra
y el magma,
la lava,
los ríos
cómo únicos testigos
que en su fluir
entonan la más dolorosa
canción de gesta
así los paría esta tierra
en el sabio devenir de su cosmogonía
como a semidioses
Pero el oro,
siempre el oro
¿Qué hace ese bastardo metal si no
crear la avaricia incontrolable de mil hidalgos?
¿Si no aventurar el enfermizo porvenir
de cabalgatas, muerte,
sable, armadura y látigo?
¿Qué dejasteis centauros si no una cruz
o un libro irrelevante
que en su desnudez se tambalea?
Sanguinarios castizos peninsulares
amantes del oscuro menester
de ungirse en gloria y riqueza
o del salvaje carisma que no les fue dado
¡Ay de los vencidos!
¡Ay de los vencedores!
A azote y filo se batieron
con el rostro adusto e infiel
que habitaba en estos lares
más allá de las columnas de Hércules
¿No eran moros rezagados
los que habitaban más allá de los mares,
la desgracia de esa carne,
la olvidada quietud de la lejanía?
Como a presas los tratasteis
como el sebo atroz que apilaba metales
para la avara corona
¿Y qué queda?
El rastrojo vil de la esclavitud
la devastación de la hechicería solar,
uno y mil templos dando campanadas
como llantos,
lanzando oraciones como lágrimas
siglos que aguardan por un gentil ademán
¿Y que quedó?
La peste, el escorbuto,
un grupo de mestizos que escribe para otros mestizos
y, al final de todo,
la palabra,
el mismo sol bajo el mismo cielo
el más triste alarido de la tierra
y el magma,
la lava,
los ríos
cómo únicos testigos
que en su fluir
entonan la más dolorosa
canción de gesta
Comentarios
no sè amigo mio hay tanta basura en essta vida! pero tambien hay cosas buenisimas y hermosas asique depende de que punto de vista lo veas...
queridisimo y aùn no olvidado maestro en estos dias te he recordado mas de lo habitual ya que mi deseo de escribrir y expresar aunmenta cada vez mas me inspira mucho leer lo tuyo ojalà el tiempo me acompañara tanto como las ganas ... pero en fin solo te recerdo que estoy viva ( aùn si lo sè AÙN) pero no por eso infeliz .. ! buen amigo mio espero que este bien en todo sentido y deseo verlo pronto muchas cosas que contar asi como de alumna a profe :)
besoos !
se cuida
aiozx
La alumna favorita (siesque aùn no me han quitado el tìtulo)