anverso
la bruma ni se esmera
tampoco dice buenos días,
el sol es enemigo
y pervive tu espalda yéndose
hoy, mañana y todos los meses
a quien sabe qué aventura
o parte conocida.
bebo la infusión curiosa de un cafetal
abro el diario,
síntoma inequívoco de cómo van las cosas.
en ese continente y en el mío
las penurias son las mismas.
arrojo una señal de humo
por la engrillada ventana
y sólo veo los engominados edificios
al centro de una jaula
la misma que ves
la misma que nunca verás.
tu espalda es hueso, amor
tu espalda es añorable, amor
tu espalda es sabia, amor
y tu anverso yéndose
es la misma baba
o hiedra.
el mismo lecho,
e igual costura
y diferente traje.
y aún así
te grabo en mi abrazo
duro y festivo,
lo tatué en el índice de este gordo libro
en el que memorizo cada día
que arropo cada noche,
cuando no soy tuyo
cuando no eres nuestra.
disto bastante de un lince
me alejo mucho de un robo
en esta niebla tabaco y de estafa
que no aparece,
en esta bruma tuya y sólo tuya
que se desdice
en tu invierno acompañado,
mientras yo me calzo cuatro zapatillas bobas
que me harán correr
pero nunca descrifarte.
en tu invierno acompañado,
mientras yo me calzo cuatro zapatillas bobas
que me harán correr
pero nunca descrifarte.
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