no le crea, no les crea
mire usted no más
que los ríos no se quejan, fluyen
y que usted es una madeja de lamentos,
que entre tanta agua
que ha pasado bajo el puente,
como dice alguien por ahí,
ni usted ni yo
podemos tener
la certeza de un goleador
ni la elevación de Coltrane.
mire,
le voy a aconsejar una cosa:
revele las cartas de a poco
y guárdese siempre una,
así como en el póker.
¿ha visto usted la templanza zen
de un jugador de póker?
¡son lamas, monjes!
que tienen la piel del rostro
más áspera que cal agrietada (Arlt).
ese sólo gesto, ese sólo ojo
o mano o respiro de serpiente
del jugador de póker
le enseña a usted
la situación competitiva en que
por ser humano usted se ubica.
¿me entiende?
¿me capta?
Seré más claro aún,
y no quería decirlo,
muestre siempre los dientes,
aunque tengan caries,
y ruja, aunque sea dormido,
entre en propiedad a los lugares,
"¡no le crea, no les crea!",
como dicen los sapientes entrenadores de barrio
cuando el puntero se llena de amagues.
¿me entiende?...
Y bueno, si no es así,
seguimos otro día,
la vida da para rato.
Planeo vivir hasta los 105, ¿sabe?
Comentarios