iluso y morboso


ni aburrido siquiera
sin tv de nadie, ni comentarios
¿usted a quien le comenta las cosas?
yo se las comento a las cortinas,
al módem que instaló un señor muy gentil
un sábado por la mañana.

ajeno a cismas,
un chico alcanza un globo
antes de que caiga a la calle
y un vendedor de antenas
ofrece ciruelas secas.

Los funcionarios sólo escuchan
y un romántico violinista de a peso
entona la melodía que da un frenazo seco y agudo, mientras
un viejo muerto de hambre
le ha mostrado el carrito
que robó del supermercado.

el chico yace ahí temblando,
y menciona a sus abuelos.
y yo lo observo en su clamor,
en el agradecimiento que se desangra
y que diluye su entrada y despedida del mundo.

se hace vapor
un nuevo eclipse de aquellos.
yo, morboso, leo los escritos que encuentro en su mochila.
"¡Socórreme, Señor!", dice uno
y lo bendigo con un beso en la frente,
y pienso que es iluso,
benditamente iluso.

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