A Mister K.
Ebrio en las noches mas ebrias, no lo dejen fuera de batalla ni de combate. No lo dejen fuera de la fiesta, ni de la furia ni el dolor. Transido de escamas inversas, por dentro lleva las puertas de meridianos y paralelos, por fuera las altas torres de los castillos de arena. O dentro o fuera, la horrorosa estacion en que habita se desmembra, deshoja y oscurece como escarabajo. Ebrio de las noches mas ebrias, mirenle a los ojos. Ni bien ni mal se conjugan en esos pozos, ni mares ni desiertos se dibujan en sus dimensiones. Desafortunado, importunado y sarcastico, el bello pusilanime no pasa de tener una certeza o convencimiento nihilista y se pregunta: "No seria bueno que todo se hiciera polvo?" Ebrio, auscultado, sicoanalizado, lobotomizado. No lo dejen con el vaso a medias, no lo priven, escuchenlo cuando diga: "Sobre la tumba del mundo, escupira uno de nosotros". Praga / Julio 2006